TRAS LA MONTAÑA VERDE.
Una historia verdadera.
Iris Mencía*


A unas siete horas de Tegucigalpa, Capital hondureña, se localiza el Departamento de Lempira cuna del héroe indígena Lenca del mismo nombre que en tiempos de la conquista española, no descubrimiento, (año 1500) opusó junto a su pueblo, tenaz resistencia hasta ser asesinado. Allí en esa misma región y otras aledañas, más de quinientos años después, la gente lenca sigue resistiendo. Las étnias o sea pueblos indígenas, han sido históricamente discriminados de los más elementales derechos y por tanto excluidos de los beneficios del desarrollo, si se puede hablar de “desarrollo” en Honduras.

La cabecera departamental de Lempira es Gracias, con paisajes de inigualable belleza por su exuberante naturaleza; andando a pie una tres horas camino adentro se llega a potrerillos y en un trecho más, se llega a Montaña Verde, un nombre que calza a la perfección para esas poco más de tres mil hectáreas, que durante años de años, siglos, han sido habitadas; producidas, cuidadas y respetadas por familias lencas.

Aquí en este lugar de grandes bosques y aguas claras, donde conviven personas de todas las edades con variedad de especies en armonía, hay una pequeña gran guerra desatada por la ambición de los terratenientes y ganaderos, que quieren para sí lo que nos les pertenece, y al no tener documentos que les acrediten esas tierras, intentan obtenerlas de cualquier manera, pero, ante la resistencia de la población organizada en Consejo Indígena, afiliados al Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, COPINH, lo hacen bajo presiones de diferente índole apoyados por autoridades civiles y militares que se prestan a este juego según denuncia la comunidad de Montaña Verde.

CÁRCEL, TORTURAS Y PERSECUCIÓN.

A la fecha que se publica este escrito, es posible que dos de los cuatro Indígenas que guardan prisión hallan sido liberados, sin embargo, puede que continúen en el presidio de Gracias, aún cuando algunos jueces, y fiscales de otras regiones no encuentran méritos suficiente o causales que justifiquen el encierro de Felipe Bejarano (27 meses de prisión), Luis Benitez (casi dos años) y Marcelino y Leonardo Miranda, arrestados el ocho de enero de este años (2003). Debe constar que a ninguno de ellos se les presentó orden de captura, estas detenciones fueron hechas con violencia, abuso de autoridad y fuerza, allanamiento a la comunidad a medianoche sin orden policial ni judicial, y participando en las mismas la parte civil interesada, incluso vestidos como policías.
La historia de Montaña Verde, incluye orden de captura para otros cinco indígenas que hace más de dos años andan de un lado para otro en carácter de prófugos, y acusaciones para quince personas de la comunidad , sumando a esto, improvisados allanamientos que se hacen a la zona de parte de la policía y la tensión y hostigamiento a que son sometidas ancianos, hombres y mujeres y también la gente menor.

Está situación extrema ha llevado a la gente de la comunidad a través de COPINH a actuar de diferente manera, hace menos de un año se hizo una solicitud de asilo al gobierno venezolano y el siete de abril de este año, cuatro mujeres de Montaña Verde, hicieron el pedido ante la Embajada de Costa Rica, en nuestro país. Ambas solicitudes fueron denegadas y tanto la comunidad como el COPINH, señala que ante esta negativa, los gobiernos a los cuales se ha recurrido en auxilio, con su actuar se tornan cómplices de la represión que vive esa comunidad indígena. También la población organizada en Consejos Indígenas ha hecho huelgas de hambre y ayunos frente a la Corte Suprema de Justicia y ante el Congreso Nacional. Está acción última fue desarrollada el 24 de enero, 2003, un día antes de la instalación oficial del Congreso Nacional, por diez mujeres que encadenaron sus manos a los barrotes de una verja que instaló ese poder del Estado en sus alrededores lo que en su tiempo generó también mucho descontento popular. La comunidad Lenca se ha plantado también en las instalaciones de los juzgados de Gracias, Lempira, También han dialogado con los presidentes de los poderes del Estado llegando a firmarse acuerdos y actas de compromiso, que hasta el sol de hoy no han cumplid, quedando en vanas promesas incumpliendo la caballerosidad de la palabra empeñada.

CONVERSANDO CON LA INOCENCIA.
Marcelino Miranda, no llega a los treinta y cinco años, tez trigueña, de ojos limpios y agradable sonrisa, dice que ese ocho de enero fue de “sorpresa muy grande”. No se identificaron, rodearon la propiedad, forzaron la puerta y le dijeron “callate perro, que si hablas te morís” “me encañonaron, no tuve más que hacer que levantar las manos hacia arriba y aceptar cualquier cosa. No mostraron orden, no me dejaron hablar, era tortura, presión”. Era una patrulla como con diez hombres, los otros se dispersaron, oí disparos, hacían desastres, fue una experiencia muy difícil. Para salir hasta potrerillos hacemos tres horas, pero llegamos como a las siete de la mañana, se detenían cada diez minutos, me golpeaban con las culatas de fusil, me daban patadas, puñetazos, me sumergían en las aguas varias veces, al llegar a potrerillos me tuvieron como dos horas boca bajo, de allí llevaron a Leonardo (su hermano) y nos tiraron a los dos en una patrulla donde llegamos a Gracias, salimos como a las nueve y llegamos como al mediodía, porque también en la paila de la patrulla nos golpeaban , iban despacito y llegamos inconsciente al presidio, y allí nos seguían golpeando. El Médico forense, Anibal Maldonado, tomó fotos pero esas las ha hecho perdedizo, eso fue como a las ocho de la noche aunque no recuerda muy claramente. Les han hecho evaluaciones pero de ninguna de esas revisiones hay resultado.

Sin embargo, tuvimos a la vista el informe de Tulio Enrique Murillo Olivera, jefe de la sección operativa en donde se acepta las doce de la noche como hora del allanamiento y se mencionan los veinte elementos, trece policías armados cada uno con fusil y pistola, (26 armas) y siete cobras igualmente armados. Se les acusa de robo a mano armada y otras denuncias asociadas a tierra. A la vez en el reporte del doctor Oscar Emilio Hernández, Director del Hospital Manuel Galvez de Gracias , se mencionan heridas superficiales pero se medican con dos millones de penicilina cristalina cada cuatro horas, ibuprofeno para inflamación y ampollas intravenosas de furosemida cada doce horas al igual que sueros. De hecho se acepta en el informe medico que llegaron politraumatizados, se menciona también traumas por caídas varias ¿ empujones?, ¿ Si esto no es abuso de fuerza por la autoridad, cómo puede llamársele?
El origen de todo esto dice Marcelino, es la calumnia, la lucha por las reinvindicaciones de la tierra que nos pertenece hace que los terranientes y ganaderos quieran sentar bases para que no luchemos por lo nuestro. Los medios de aquí no aceptan nuestras denuncia, ni investigan lo que verdaderamente pasa, “discriminan nuestra ética como indígenas”.

Felipe Bejarano tiene un hablar suave, dice que el 2 de febrero del 2001, andaba en Gracias, haciendo la solicitud para llevar un maestro a la comunidad, la cual no fue positiva. También andaba trayendo unas partidas de nacimiento para una gente que iba a casarse. Cuando nada se debe, nada se teme, eso significa cuando dice “cuando uno no ha cometido error, anda tranquilo”, regresó a la comunidad y como a eso de las nueve de la noche, allanaron la zona y lo detuvieron. Eso está pasando,-dice- con todas las personas que en Montaña Verde se identifican como líderes de la comunidad y hay un temor por eso. Lo detuvieron esa noche seis policías y tres civiles, “allí ruge la avaricia y el poderío”.
Felipe dice que lo tienen encarcelado “por la defensa de vuestro territorio, vuestro derecho”, ante “los ojos de Dios y si la justicia fuera justicia, somos inocentes”, los cargos son allanamiento de propiedad, daños y perjuicios y robo de maíz y frijoles y eso “ni por sueños hemos pensado hacerlo”.

Luis Benitez corre la misma suerte, dice que cada vez que un trámite da a favor de Ellos, la autoridad pone otro recurso para que no salgan y acusan sin certeza ninguna. Son presos por que luchan por lo que les pertenece y por dirigir sus comunidades. Así dicen los entrevistados.

DENUNCIA DE NUEVO ABUSO.
A Leonardo Miranda, lo encontramos en el Juzgado a donde fue trasladado para una primera audiencia el jueves 24 de abril y asegura que las acusaciones son falsas, que viene de los poderosos terratenientes y que aún reos los volvieron a golpear, no recuerda con claridad la fecha, pero fue a finales del mes de marzo o a inicios del mes de abril y de esto, están como testigos el resto de reos del presidio, esta denuncia fue hecha ante el comisionado de Derechos Humanos de Gracias y también el 25 de abril ante la Dirección General de Investigación y organismos internacionales.

NO HAY TIERRA SIN DUEÑO.*
Montaña Verde, paraíso oculto en Honduras, es ambicionado, avariciado y esta es la historia. Ya murió el principal de los terratenientes, Mario Cálix Urtecho, con una oscura historia de ser dueño y señor de Gracias. Como bien dice Marcelino Miranda, no es bueno hablar mal de los muertos, pero a veces es necesario. La truculenta historia de Cálix Urtecho fue verificada por quien escribe con la gente de Gracias, una historia que podría llamarse “ Tras la conquista del paraíso” y como subtítulo a costa a todo, incluso sangre en la conciencia contratando otras manos para que se pringuen. Pero hay otros señores a quienes los indígenas detenidos señalan, y son Heleodoro Bejarano, quien vivió en Montaña Verde casi 23 años y ahora quiere todo, el hijo de este de nombre Orlando, Miguel Ángel Caravantes Y Demetrio Reyes, a fin de tener Montaña Verde en su poder acusan y contraacusan y participan abiertamente en las detenciones que hace la policía. Como dice, Tiburcio Bejarano Bautista, quien lleva tres años de sufrir persecución, “al principio querían quitarnos la tierra haciéndose pasar por amigos”, ahora pelean lo que no es de Ellos, dicen que somos delincuentes pero lo que “hacemos es trabajar la tierra, luchar por ella para nuestros hijos, hijas y esposas y estamos dispuestos a sufrir hasta conseguirla, porque nos pertenece”, esto-afirma- es una confabulación de jueces, fiscales, policías, muchas autoridades y hasta el Comisionado de los Derechos Humanos”, porque no saben del pensar y sentir de nuestras comunidades.

Periodista Independiente.
Título de la película de Sammi Kaffati.